Entrevista a Sílvia Puertas Novau
16 septiembre 2021
1. En 1975 y la transición tú sólo eres una adolescente. ¿Qué recuerdos tienes de esa época política?
Recuerdo que eran unos momentos de mucha gente en la calle. Recuerdo el instituto, que había muchas reuniones de estudiantes en los patios. Yo iba al instituto Joan Oro pero estábamos allí los tres institutos, Marius y Gili, y era muy joven. Y yo lo que sí recuerdo es que había como mucha reunión, muchas ganas de encontrarnos y muchas ganas también de hacer cosas diferentes, de pedir a los profes de hacer debates en el aula, en clase. Bueno yo recuerdo esto. Piensa que el primero de BUP que yo hice fue el primer curso que se realizó en Lleida, el curso que hacía primer BUP, mixto. Por tanto, esto ya era como un poco, una gran revolución. Al menos el nivel educativo. Pues eso tuvo mucho alboroto, ¿no? También el hecho de que las clases estuvieran chicos y chicas pues, bueno, y la gente que veníamos de escuelas de sólo de niñas, de chicas, pues, esto era una cuestión nueva, peculiar y bueno, que estábamos encantadas de la vida. Y los chicos también. Eso sí, que lo recuerdo, ¿no? Pues también recuerdo que por la calle mayor también había mucho movimiento, la gente saliendo mucho a la calle, sobre todo la juventud. Ésta es la visión. Ésta tengo de estos años de transición, muchos grupos de gente hablando, pensando, encontrándose. Cosas que quizás antes era difícil de ver.
2. Cómo era tu entorno familiar, social, etc. ¿durante tu infancia y juventud?
Yo creo que no hay un entorno homogéneo, porque en mi infancia y en mi juventud me he encontrado con gente más, con un carácter más conservador que decían que todos los cambios..., viendo con mucha preocupación todos los cambios . Pero también me encontraba con entornos con gente que tenía muchas ganas de que se produjera cambios reales hacia la democracia, que hubiera movimientos sociales, que la gente se organizara. Yo en mi época de adolescente he estado mucho en el mundo de la montaña y me gusta mucho, pues salir a la montaña y, por ejemplo, eran muchos chicos y chicas que salíamos juntos y que nos gustaba, pues, un poco vivir la libertad, ¿no? Entonces también sé que en estos entornos había mucha gente con ganas de hacer cosas nuevas, distintas, participativas. Entonces pienso que mi entorno en esta época era un entorno como muy diverso y muy multicolor, muy con gente muy diversa. Gente con muchas ganas de hacer cosas diferentes y de salir adelante y de animar la participación. Ésta es la imagen que yo tengo.
3. ¿Este entorno personal promovió o incitó tu posicionamiento feminista?
Bueno, yo pienso que mi posicionamiento feminista, fue como un punto de inflexión el hecho de llegar a la Universidad, ¿no? Y entonces allí sí estuve en contacto con profesoras que un poco te abrían los ojos sobre temas que nadie te había hablado de ellos. Y a partir de ahí, pues, empiezas a interesarte por hacer lecturas, a hacerte preguntas, sobre todo en el papel de las mujeres en la historia, pues porque resulta que has estado estudiando y no has sabido que las mujeres, en el momento de la revolución francesa, tuvieron un papel muy importante. Que habían mujeres dentro de la Guerra Civil española que estuvieron en la primera línea, que estuvieron punteras, que hicieron grandes discursos políticos, que movilizaron a otras mujeres, que hicieron una labor importantísima, ¿no? Y no sólo eso, en el papel de otras revueltas, revueltas que siempre los protagonistas han sido ellos y luego te das cuenta de que han habido mujeres que han sido grandes luchadoras por los derechos no sólo de las mujeres, sino también del conjunto de la sociedad, denunciando injusticias, haciendo propuestas de cambio importantes, potentes, generando discursos, llegando a los barrios, llegando a las fábricas, a las casas, a los talleres, en todas partes, ¿no? Algo pienso que el gran punto de inflexión sería mi entrada en el mundo de la Universidad.
4. ¿Tu sexo determinó tus estudios y/o tu carrera profesional?
No... yo no tengo conciencia de que hubiera elegido historia..., porque yo soy licenciada en Geografía e historia, por ser mujer. Yo creo que llegué aquí porque ya tenía como cierta inquietud social, inquietud, inquietud por conocer el pasado, pero también desde una vertiente de historia social. Entonces, yo recuerdo que cuando hacía COU el tema de la historia me encantó. Me gustó muchísimo. Y pienso que fue mi opción esta justamente por eso, por querer conocer el pasado, ¿no? Dicen conocer el pasado para entender el presente y proyectar el futuro. Pues, yo creo que un poco esto ya se despertó cuando yo hacía estancias en COU y después ya fue la elección de esta carrera que podría ser, pues, bueno, no tengo conciencia de que el hecho de ser mujer hubiera orientado que yo hubiera estudiado esto. Seguramente, si alguna otra enseñanza me hubiera cautivado hubiera hecho el esfuerzo por tirar hacia aquí, hacia donde en mi interés, pues se hubiera decantado en ese momento, cuando debes elegir una formación que te permitirá tener el tuyo... tu profesión. Pero soy consciente de que sí, que... que a veces llevas una mochila que te hace elegir profesiones que tienen que ver mucho con el cuidado o que tienen que ver mucho con la relación con las personas, porque tenemos unos aprendizajes que nos llevan aquí. En este caso yo no soy capaz de decir que el hecho de ser mujer me he llevado a este tipo de carrera.
5. ¿Qué recuerdas eran las reivindicaciones más importantes de aquella época?
Bien, en el momento de la transición democrática, lo que sí había mucho trabajo por hacer. De hecho, estaba todo por escribir, no sólo por escribir, por llevar a la práctica lo que pudiéramos, que las mujeres pudieran tener los derechos llenos y absolutos en todas las esferas de la vida pública y privada. Por tanto, todo lo que sería la legislación, que toda la legislación estuviera adaptada en criterios de igualdad. Todo el tema de los derechos sexuales y reproductivos, el tema de la igualdad en el ámbito de la familia, respecto a los derechos laborales poder acceder con un puesto de trabajo en condiciones igualitarias con salarios, una de las reivindicaciones importantísimas, y tener derechos políticos, ¿no? Poder formar parte de partidos políticos, poder ser candidata y estar en el grueso de los movimientos políticos de ese momento y tener cargos de responsabilidad. Tener cargos de responsabilidad también en el ámbito de las empresas. Un poco en esta línea, derechos sociales, el acceso a la vivienda, tener capacidad económica y capacidad de gestión de los propios recursos económicos. Heredar, tener la capacidad de recibir las herencias también de una forma, y hacer uso de tu patrimonio. Un poco en los distintos ámbitos. Yo creo que las reivindicaciones estuvieron extendidas en todos los campos y, por supuesto, el acceso a la educación en condiciones de igualdad, de la educación. No sólo que te pudieras formar, sino también que pudieras tener, progresar como profesional de la educación, que pudieras acceder a los cargos de dirección, que pudieras acceder a cátedras, que pudieras crear tus equipos de investigación, etc. Porque las reivindicaciones fueron múltiples y en todos los ámbitos.
6. ¿Crees que los partidos de izquierda también eran machistas?
No es que los partidos de izquierda fueran machistas, lo que era machista y todavía lo es el conjunto de la sociedad, y los partidos de izquierda no se escapaban de ello. Y desde el feminismo, lo que sí se ponía el acento al decir es que el trabajo debe hacerse, empezar por casa. No sólo debemos pedir al contexto social, político y económico que se modifique, sino también nuestras organizaciones políticas deben ser igualitarias, respetuosas, y deben permitir el progreso de las mujeres. Asumir en las agendas políticas todas aquellas preocupaciones que son propias de las mujeres que muchas veces quedaban relegadas o invisibilizadas, así como dar protagonismo a las mujeres desde las organizaciones políticas con cargos de responsabilidad y también que fueran las mujeres, estuvieran presentes en las listas como electoras en lugares donde realmente pudieran ser elegidas. No en los últimos lugares o simplemente que no estuvieran, ¿no?
7. ¿En qué momento de tu vida conociste el feminismo y cuándo decidiste hacerte feminista?
Bueno feminismo es casi como actitud personal. La actitud de querer un cambio hacia mejor, de querer que hombres y mujeres podamos existir, podamos convivir de manera respetuosa y de modo que cada una de las personas puedan llevar a cabo su proyecto personal en libertad y plenitud, sin que haya ningún elemento que lo pueda limitar y mucho menos un elemento ideológico como pueda ser un patriarcado que considera que las mujeres son ciudadanos de segunda categoría.
Entonces esta actitud algo rebelde, yo siempre la he tenido, incluso de jovencita. De decir, bueno, a veces cuando en casa dicen pues por ahí, ¿no? pues intentar buscar aquella rendija que te permite, pues, mira, pues puede que sí. O en cuanto has formado parte de un grupo de decir, mira, me gustaría ir más allá, no quedarnos en esta zona de confort, romper un poco, pues, estos límites para poder generar cambios que ayuden a las personas y sobre todo que ayuden a las mujeres, que son las que hasta el momento pues más dificultades y hemos tenido para sacar adelante nuestros proyectos y nuestras vidas personales, como decía antes, con plenitud y libertad.
Pero si yo tuviera que poner un momento, pues mi entrada en la Universidad generó cambios importantes, ¿no? Ya no fueron los primeros momentos de la transición democrática que había un activismo más de calle, pues yo soy más fruto de un momento en el que hay muchos cambios que se dan en el mundo del conocimiento, en el mundo de la reflexión , en el mundo de las organizaciones del ámbito universitario. Yo casi casi me situaría... más en esta parte, en esta parte.
8. Cuando comienzas en la Universidad como estudiante, ¿cuál era el papel y la importancia de las mujeres en las organizaciones universitarias, ya sea de estudiante o de profesorado?
Yo diría que es un momento en el que comienzan a salir organizaciones de mujeres dentro del ámbito universitario. Pero son organizaciones que poco a poco se van consolidando, van creando estructura, van formalizándose, así como en anterioridad también han habido organizaciones de estudiantes de hombres y mujeres mixtas, también ramas de organizaciones de estudiantes, de mujeres estudiantes . Pues yo me sitúo más en ese espacio en el que empiezan a crearse los seminarios de estudios de la mujer, los institutos universitarios del ámbito de mujeres, etc. Y es en este momento en el que yo me sitúo más, quizás porque es el momento que me tocó vivir. Entonces coincidió en que, en esta etapa, que era cuando yo estaba en la universidad y yo confluí, ¿no? Me dejé llevar por esa corriente que me invitaba. Revisar los programas educativos, a revisar los libros, a hacer propuestas de trabajos de otros temas, otras temáticas. Pues a cuestionar por qué no había mujeres, en el porqué no se estudiaba la huella histórica de las mujeres y, en cambio, la de los hombres se da como mirada universal. Pues yo me sitúo más aquí, en el ámbito más éste, de creación de los institutos universitarios y de revisión del trabajo de las universidades en clave de género, ¿no?
9. Cuando ya te incorporas como investigadora en la Universidad de Lleida, ¿cuál era la situación? ¿Había mejorado, había discriminación por razón de sexo..?
Yo pienso que la discriminación por razón de sexo todavía está ahí. De hecho, estamos hablando justamente porque todavía no estamos viviendo en una sociedad igualitaria al 100% con plenitud. Hemos tenido muchas ganancias a nivel formal y legal, pues, podríamos decir que las leyes ya están lo suficientemente pulidas para poder ejercer la mayoría de nuestros derechos, pero hay un contexto todavía, hay unas fuerzas que impiden que las mujeres podamos salir adelante con toda la plenitud que nosotros quisiéramos y que hay que reconocernos. Entonces la pregunta exacta es cómo incorpora la Universidad de Lleida.
Lo que sí he visto que cada vez la Universidad va incorporando cada vez a más mujeres como profesoras, como a docentes. También ha mejorado en el sentido de que cada vez ha habido más mujeres universitarias en las distintas ramas universitarias. Así como antes, pues, ya decían carreras que sí estaban pensadas para las mujeres, cómo podía ser magisterio o cómo podía ser enfermería, pues, poco a poco carreras que está con las mujeres casi anecdóticas, cada vez han tenido más mujeres que se han matriculado. Pero también en paralelo, cada vez han habido más mujeres que han sido docentes de estos estudios universitarios y esto también ha propiciado que cada vez haya más mujeres que son catedráticas y, por tanto, mujeres doctoras, por tanto, mujeres que han podido dirigir tesis doctorales y mujeres que se han interesado por los estudios en clave de género, con perspectiva de género y feminista, generando también que este conocimiento vaya, pues, incrementándose. Y siendo todo como una rueda, pero evidentemente no hemos alcanzado la igualdad y todavía queda mucho por hacer, que hay mucho trabajo. No todos los estudios universitarios tienen una matrícula equilibrada de hombres y mujeres, y aún hay más, frente a las tecnológicas, todavía hay un sesgo de género muy importante y todavía hay muchas mujeres que deben poder llegar en puestos con cargos , ¿no? Un sitio donde puedan tomar decisiones.
10. En 1990 nace el Seminario interdisciplinario de estudios de la mujer de la Universidad de Lleida. Tú eres una de las fundadoras. Porque lo creó, ¿cómo fueron sus inicios?
Antes del seminario había un Grupo de estudios de historia de las mujeres, formado por gente que provenía sobre todo de la rama de historia. De hecho, surge de un grupo historia y principalmente de personas vinculadas a la historia social. Con este grupo se vio que existía la posibilidad de vincular a mujeres de otras facultades y de otros tipos de estudios que también estaban haciendo cosas interesantes y que limitar este espacio de diálogo, de estudio, de hacer actividades, porque grupo de historia, pues, nos encontrábamos de manera regular donde hacíamos lecturas y proponíamos lecturas también y proponíamos actividades, pensamos que era importante sobre todo abrirlo otras facultades y otras mujeres, justamente estudiantes y profesoras de otras ramas como podía ser la geografía, como podía ser la literatura o el derecho, también el ámbito de la ecología, etcétera.
Entonces esa fue la idea. El foco que permitió invitar, abrir el campo hacia otras disciplinas y yo el que haría crear el Seminario designado de estudios de la mujer.
¿Qué personas formaban parte al inicio? ¿Sólo mujeres o también hombres? ¿Sólo profesoras o también estudiantes? ¿Sólo universitarias o también de fuera?
En los inicios erramos mujeres. Lo que sí hacíamos eran actividades que les ofrecíamos al conjunto de la comunidad universitaria. Nos marcamos la pauta de cada, creo, que era alrededor del 8 de marzo, si no me acuerdo mal, pues, hacer unas jornadas de ámbito que les ofrecíamos el conjunto de la Universidad, que las íbamos dedicando a temáticas diversas, con la idea de conocer nuevas profesoras, nuevas investigaciones y aquí, aprovechando, sobre todo, para invitar a profesoras de otras universidades para que vinieran a Lleida y compartir conocimiento. Entonces en estas actividades que hacíamos, las hacíamos de manera amplia para que viniera todo el mundo que quisiera, hombres y mujeres, ¿no?
Incluso ni hicimos unas en la Feria de San Miguel sobre las mujeres en el mundo rural, y no sólo vino gente del ámbito universitario, sino gente del ámbito de la ciudad de Lleida y del entorno o de la gente que se reúne alrededor de las Jornadas técnicas de la Feria de San Miguel, ¿no?
¿Qué cosas importantes cree que logró el SIED?
Pues el SIED en sus inicios, yo creo que lo que consiguió, sobre todo, pues, establecer una estructura de mujeres interesadas por los estudios feministas y de género, para esparcir la mancha de aceite, para que se hagan revisiones de lo que serían las formaciones en el ámbito universitario, para que se incorporaran las lecturas, las investigaciones, porque hubiera trabajos de investigación en líneas de trabajo que hasta ahora, pues, la gente tenía poco interés o porque no se tenía conocimiento o porque profesoras y profesores no estimulaban suficientemente este campo de investigación, pues tiras adelante. Entonces, esta sería una de las cosas importantes: abrir el debate y la preocupación y el interés en torno a los estudios feministas y de género.
Otro hito importante fue promover que existiera el Centro de estudios y documentación de las mujeres y que fue como una semilla que a partir de estos centros de institucionalización de las mujeres también se hizo la demanda que en la Universidad de Lleida hubiera una unidad de género, como es actualmente el centro Dolors Piera.
O sea, creo que se fue abriendo camino, se fue abriendo camino para que la Universidad de Lleida tuviera el tema de los estudios feministas y de género. El tema de la igualdad de género como un tema propio de la Universidad, primero de forma más voluntaria, con una entidad como puede ser el SIED, pero después ya como una estructura propia de la Universidad, que es lo que se ha convertido en el futuro , ahora, en su momento y que se ha consolidado hasta el momento actual.
¿Crees que los objetivos que se planteó en un principio se alcanzaron?
Creo que se ha logrado una parte importante de los objetivos que nos planteamos en sus inicios. También es verdad que, ahora, en estos momentos, hay un centro Dolors Piera, que tiene un encargo, y por tanto este encargo ya es, como si dijéramos, los deberes que la Universidad de Lleida está haciendo. Unos deberes que en su momento alguien tuvo que marcarle la línea, pues, por dónde tenían que ir. Evidentemente, un grupo de mujeres universitarias, estudiantes y profesoras, fueron las que en sus inicios, cuando aún no había nada estructurado, pues motivaron este cambio, pero también en paralelo los ámbitos más institucionales también fueron marcando pautas de qué es lo que debían hacer las universidades, cómo debíamos coger, cómo renovar los estudios, cómo potenciar estudios feministas y de género, cómo incentivar la presencia de mujeres en el mundo universitario, como estas mujeres debían tener una presencia, un protagonismo que hasta ahora no habían tenido. Pues todo esto fue creciendo en paralelo, pero sí creo que el SIED tuvo una semilla importante.
¿Cuáles fueron las principales dificultades u obstáculos?
Las principales dificultades es cuando la gente, compañeros y compañeras de la Universidad, tanto estudiantes como profesorado, te dicen que no hace falta, que eso no es necesario. Que, cuando se investigan no hay más sesgos, que el sesgo de género... esto un poco ante la incredulidad, la incredulidad y considerar los estudios feministas de género como estudios marginales, secundarios. Existe la investigación y la investigación en estudios feministas y de género es una investigación secundaria, no es la que prestigia, no es la que...
Pues un poquito la necesidad de convencer a la gente que tienes en tu entorno de que esta investigación, los estudios, los trabajos, los grupos que están moviendo estas temáticas son grupos de interés tan importantes como puedan ser de otras temáticas que no la investigación y las publicaciones con perspectiva de género y feminista, pues, son investigaciones secundarias, sino que son de primer nivel y por tanto, las personas que se dedican a ello, son, pues, profesionales que se les debe reconocer en primera línea, de la misma forma como reconocen otros estudios que se hacen en otras temáticas, con otros problemas que plantean otros problemas y que también que plantean otras respuestas. Y que el cambio social no es posible si no existe una voluntad de considerar los problemas que se abordan desde el mundo de la ciencia con sus diferentes disciplinas como cuestiones de primer orden. Entonces, yo pienso, ésta ha sido una dificultad, ¿no? Que poco a poco evidentemente se va venciendo.
¿Qué evolución partió la asociación en estos 30 años?
Bien la verdad es que yo puedo hablar de los inicios y poco más, porque después, ya cuando ejercí como profesional aquí en el Ayuntamiento de Lleida, pues me desvinculé más del tejido asociativo, pues porque tenía otra tarea y también veces porque está bien marcar los espacios donde estás, ¿no?
Entonces, yo pienso que desde la asociación se hizo un camino desde sus inicios, como ya he dicho antes, de empezar a crear la semilla sobre la conciencia y la necesidad de introducir los estudios feministas y de género en todos los ámbitos académicos, revisar contenidos, revisar lecturas, crear líneas de investigación, motivar a las profesoras que venían trabajando de manera tal vez más secundaria que hicieran trabajos más interesantes. A que se difundiera su tarea y la pudieran hacer conocedora del conjunto de la comunidad universitaria, no sólo en el ámbito temático o ámbito académico suyo, sino en otras facultades dentro de la propia Universidad de Lleida, pero también fuera de la Universidad de Lleida.
Un poco pienso que ésta ha sido una de las tareas importantes que poco a poco creo que la razón de ser del SIED, pues como la Universidad de Lleida ha ido asumiendo de forma formal estas tareas. Además, la ley también lo marca así. Las obligaciones de la Universidad son estas, de hacer que la igualdad de género sea también dentro de la propia Universidad y que los contenidos curriculares, pues incorporen el conocimiento feminista y de género o la visión de las mujeres y la perspectiva de las mujeres.
Pues pienso que esta necesidad primera que tenían el SIED de hacer este trabajo, pues poco a poco ya se ha ido asumiendo y desde este punto de vista, a medida que ha crecido el vínculo de la Universidad con el compromiso, pues se ha perdido un poco esta necesidad de estar allí más en primera línea, ¿no? En todo caso, de compartir trabajos, de compartir tareas o de tener una doble papel, un papel de soporte, más que éste de pasar delante.
11. ¿Tu dedicación a la lucha feminista te ha pasado algún tipo de factura?
Bueno, a veces quieres mantener una coherencia con lo que sería tu forma de estar en el mundo, en la familia, en el trabajo, en la calle, con tu pensamiento y actitud. Yo, a veces pues te comportas de manera muy intransigente con las personas que te rodean, pones un listón muy alto, el del comportamiento que esperas de los demás, ¿no?
En la crianza, cuando estás en un momento de crianza, ves realmente, pasas de la teoría a la práctica. El tema de la conciliación de la vida personal y laboral, ves realmente la complejidad, exiges o pides que el entorno social, pues, sea más, esté más conciliador con tu necesidad de conciliación y ves que esto es muy complicado y que es casi un milagro que pueda pasar, porque las estructuras no han cambiado lo suficiente para que esto sea viable.
Cuando educas a tu hijo o tu hija, pues también eres mucho más exigente con los contenidos de la formación que reciben. Miras la escuela de otra forma, quieres ser más exigente, te sientes tú también más exigente. Yo creo que aquí hay como un nivel de autoexigencia que es muy grande como feminista. Esperas que las cosas sean mucho más diferentes de lo que realmente te encuentras. Parece que estés en lucha constante y eso sí es uno no puedes desconectar, como miras la televisión, cuando vas al cine, cuando lees un libro, siempre tienes el chip feminista activado y siempre tienes la crítica preparada porque es tan omnipresente el patriarcado que es..., te exige mucho, estás permanentemente alerta. Entonces desde este punto de vista sí creo que hay una prenda. Que como feminista hay una prenda a pagar y es ésta, el hiperactivismo que tienes en cada acto de tu vida cotidiana, tanto sea en el trabajo como sea en una escuela, como sea en un centro de salud, como sea en el calle, como sea con tus amistades, con tu relación de pareja.
También eres muy exigente en la relación de pareja, ¿no? No eres tanto, digamos, te cuesta, eres más exigente. Piensas que las cosas pueden ser de otra manera, quieres llevarlo a la práctica. Entonces cuando lo llevas a la práctica, pues, ves que debes negociar mucho. A veces tienes que renunciar, ya veces no renunciara y eso también tiene un precio.
12. ¿Y en general has sufrido discriminación por el hecho de ser una mujer en el ámbito profesional?
Cuando vas a buscar trabajo muchas veces se te valora por la expectativa que se puede tener de ti respecto a lo que pasará el día de mañana, ¿no? Si estarás con una dedicación plena tanto si hay un horario pactado como si no, si saldrás del trabajo para atender necesidades de tu familia o si no te comprometerás al 100% sino el 200% con el proyecto de la empresa, con independencia del coste que esto pueda tener en tu ámbito personal. Yo creo que sí, que en diferentes trabajos que he tenido a lo largo de mi vida esto lo he visto. Pero no porque sea yo, sino porque el entorno a veces plantea los trabajos como una renuncia absoluta a lo que tú puedas tener en tu espacio personal o en tu espacio. A veces es familiar, pero personal también, ¿no? Entonces, bueno, el feminismo lo que quiere es que las personas puedan tener sus espacios y conciliar perfectamente vida personal, vida familiar y vida laboral. Entonces en la medida en que las dificultades de conciliación están ahí siempre, pues esto es un handicap importante.
13. ¿Y en el ámbito personal, social, ciudadano?
Bien en el ámbito personal, social, ciudadano pues un poco lo que ya te he comentado. Siempre como tienes ésta, las gafas violeta que llaman, ¿no? Esa mirada hipercrítica, no me gusta la palabra hipercrítica porque querría decir que quieres ver más allá de lo que hay y no es cierto. Digamos que el feminismo te prepara para ver cosas distintas, para detectar la desigualdad y detectar la desigualdad que hace que las mujeres estén en peores condiciones y situaciones a la hora de encontrarte en cualquier espacio, ya sea la familia, ya sea con las amistades o ya sea en los trabajos. Pues en la medida en que tú tienes esta mirada es fácil que encuentres algo que no te gusta y que la cuestionas y en la medida en que eres una persona que cuestiona, pues el entorno a veces no recibe bien este cuestionamiento o se siendo cansado. Es fácil que recibas una circular de una asociación y que encuentres un lenguaje que tiene es incómodo porque es un lenguaje sexista, unas imágenes que te ofrecen, pues porque a lo mejor están poniendo a unos chicos y chicas de las maneras que no. ., estereotipadas y dices “¡Ostras, eso a mí no, no, no me va, no!”. Hay que vigilar un poquito, ¿no?
O a la hora de establecer responsabilidades, pues, se reparten las responsabilidades en función también de los estereotipos, a ver, pues, quizá a quizás a algunas mujeres les gustaría hacer cosas diferentes a las que propone.
Entonces claro, cuando tú estás en estos espacios y tienes esa mirada feminista pues resulta que esa mirada veces no..., a menudo cuestiona maneras de hacer, formas de organizar, formas de comunicar y eso, pues, crea ajustes a veces en positivo , a veces con mayores dificultades. Bueno, no sé, por ahí va la cosa. No sé si me entiendes.
14. Entonces si es así, crees que las cosas han cambiado y han ido a mejor, o en cambio hay mucha discriminación laboral, familiar, social. ¿Cómo ves la situación actual?
A ver, yo creo que es difícil hacer una línea. Hemos ido de peor a mejor. Yo creo que hemos avanzado en muchas cosas, muchas cosas que si miramos respecto al año 1975, miramos atrás, bueno, pues, han habido cambios que son radicales de 0 a 100 y se ha avanzado muchísimo. En el ámbito legislativo se han realizado cambios importantísimos. Lo que ocurre que a veces es que estos cambios que en su momento fueron muy acelerados y muy radicales, pues no tenemos la conciencia de que fueron grandes avances, ¿no? Entonces cuando miramos atrás diciendo “ostras, ¡es que estamos todavía aquí!” Pues el punto de partida era realmente preocupante. Realmente estábamos en las pañales, por no decir que estábamos bajo el nivel del mar, para marcar el punto de inicio.
Pienso que hubo unos momentos de muchas ganancias en servicios, en posibilidades de empleo, en mejora de retribuciones, en capacidades de organización, aparición de entidades, las propias entidades algunas han creado servicios. Por ejemplo con la escuela mixta, ¿no? Ahora pensamos, pero es que escuela mixta no es coeducación, no, pues, pero es que antes no había ni escuela mixta. Entonces sí, pero no tenemos la coeducación, no la tenemos plenamente alcanzada, por tanto, nos falta mucho.
Entonces la mirada es que este momento todavía tenemos muchos aspectos por conquistar en el camino hacia la lucha feminista. Nos falta mucho y hemos avanzado mucho, pero todavía tenemos que avanzar mucho más. Aún tenemos muchos retos y la complejidad que estamos viviendo en estos últimos años en el tiempo de la globalización, que cada vez hay movimientos cada vez mayores de personas. Hay en muchos sentidos, muchas bolsas de pobreza. Una
pobreza que pensábamos que poco a poco seríamos capaces de erradicar, estamos viendo que no, que hay factores que hacen que cada vez haya en sectores de población que estén más empobrecidos. Y resulta que las que se están empobreciendo más somos las mujeres, pues algo está pasando importante que hace que las mujeres globalmente, quizás si tenemos que hacer una lectura global, podríamos decir que hay avances, pero que a la hora de mirar pormenorizadamente estos avances, pues se reparten de manera equilibrada en todas las mujeres en sus diferentes situaciones, pues, vemos que no, que hay mujeres que sufren mucho, muchísimo.
El tema de violencias machistas, pues, es cada vez más complejo. Hay una involución en formas de relacionarnos hombres y mujeres que nos hacen repensar dónde estamos. El tema de la vivienda o hay muchos temas que debemos cogerlos de otra manera.
La respuesta final sería: ¡hemos avanzado, sí, hemos avanzado mucho y hemos avanzado de una manera radical, si miramos, si nos situamos en el año 75, en lo que teníamos en el año 75! Pero el marco legal no viene acompañado o necesita que haya también una mejora de las condiciones de vida de las mujeres. Globalmente, que éste, pues, es un... es un gran reto.
15. Algunas activistas leridanas son consideradas en diversas investigaciones como referentes feministas esenciales durante la transición democrática. ¿Crees que la gente de Lleida sabe lo que hicieron y lo que significaron?
La gente de Lleida, en general, podríamos decir, sí que hay alguna gente de Lleida que sí es conocedora, que es la gente que por generación fueron coprotagonistas o espectadora de estos dos momentos importantes de cambio. Pues, cuando yo era adolescente, pues yo veía a esa gente que salían a la calle, que se desplazaban, que se manifestaban. No era protagonista porque quizá por edad en ese momento, pues no, no me tocaba, serlo. Pero sí que era, sí lo veía y para saber ya lo que estaba pasando, quizás no con la intensidad de una mirada más hecha desde ahora, pero sí hay gente de generaciones más jóvenes que no han vivido estas etapas que desconocen totalmente que es lo que ocurrió en esta época, ¿no? Entonces, pues vale la pena pensar que el feminismo, los movimientos feministas, no se inventan, sino, que no son de generación espontánea, sino que van alimentándose de las ganancias y de las luchas de otras generaciones, y eso es importante , ir un escribiendo las genealogías femeninas de aquellas mujeres que han ido dando pasos hacia la lucha feminista y como otras mujeres se han añadido. A veces hay saltos entre una y otra generación. Resulta que hay un momento de silencio o de poco protagonismo que hace que se pierdan más lazos, los vínculos entre una generación y otra, pero también hay que hacer el esfuerzo de buscar esa linealidad que sería el camino hacia la igualdad y hacia el feminismo.
16. Hablando de feminismo actual, ¿qué puede aportar las feministas de su generación al feminismo actual?
La pregunta no es fácil. ¿Qué podemos aportar? pues, experiencia, la capacidad de sabernos poner en la piel de otras mujeres y de entender su sufrimiento, sus reivindicaciones, la capacidad también de conocimiento, ¿no? Pues hemos llegado hasta aquí, es que ya tenemos un camino y en ese camino hemos hecho aprendizajes que podemos compartir estos aprendizajes. Entonces yo un poco lo trabajaría por ahí, ¿no? Al transferir estos aprendizajes que tienen que ver con conocimiento, que tienen que ver con experiencias, que tienen que ver con relaciones, establecer vínculos que puedan vincular a unas mujeres con otras mujeres, mujeres con otras organizaciones que a veces pueden ser mixtas o que a veces pueden ser mujeres solas o que a veces pueden ser de dentro del territorio, pero también pueden ser de fuera del territorio.
Yo iría un poquito por ahí, ¿no? Y de dar ejemplos concretos de ganancias que se han logrado gracias a esta fortaleza de las mujeres ya esta insistencia de las mujeres para pedir a los cambios y pedirlos de una determinada dirección.
17. ¿Crees que el feminismo actual ha cambiado el rumbo?
El movimiento feminista es plural, diverso. Por eso se habla de feminismos, porque no existe una única manera de ser feminista o de mantener compromiso con las mujeres hacia el cambio y hacia la igualdad y hacia un empoderamiento de las mujeres. Y cada vez existen más líneas de trabajo. En el campo de la salud, en el campo del ecofeminismo, del activismo ecológico, en el campo de la transformación urbana, en el campo... Hay miles de campos de trabajo y hay miles de formas de posicionarse tiene como feminista, porque hay muchas tendencias y muchas puntos de vista teóricos, también desde donde puedes enfocar el tuyo, tu compromiso feminista.
No es que sea diferente, es que en estos momentos el abanico de posibilidades de situarte como feminista es muy amplio.
Conclusión: ¿es eso, no? que el feminismo, pues, ha multiplicado sus estrategias de lucha y caminos y posibilidades para enfocar las reivindicaciones y los retos.
18. ¿Ves positivo o negativo este cambio?
Pienso que cada momento requiere que el compromiso de la gente, que el compromiso feminista esté adaptado en su contexto. Por tanto no puede haber un feminismo que sea estático. Entonces el compromiso con la lucha feminista, pues se debe ir adaptando y soltando con las circunstancias del momento actual, entonces yo no pienso que sea negativo, al contrario, yo pienso que vez hay más gente que se están vinculando y haciendo suyas las luchas feministas. Entonces, esto yo lo valoro de forma positiva. No, no lo veo negativo.
19. ¿Crees que existe un factor de moda o de verdad la gente tiene muchas convicciones feministas e igualitarias?
Pienso que existe un discurso políticamente correcto de que..., que establece qué hacer. Pienso que en estos momentos forma parte de una actitud progresista ser feminista, o sea, no se puede ser progresista, si no eres feminista y que ese vínculo, pues, para mí es bueno. Es que todo lo que permita sumar con el feminismo, pues hay que agradecer y aprovechar, ¿no? O sea, esta sería la palabra.
¿Si es moda o no? Bienvenida la moda. A veces si una palabra no es ni conocida ni se le pone un significado y no eres capaz de visualizarla, pues no existe. No, no existe lo que no es nombra, ¿no? Esto en filosofía se llama así. Por tanto, sea una cuestión de moda o no de moda hablar de feminismo es positivo porque eso permite dar argumentos, poner cara a personas, añadir contenido. Abre puertas aunque sea para cuestionar que no se entiende bien el feminismo, una parte del feminismo o algunas reivindicaciones, lo que sea es importante ya, aunque sea moda. Bienvenida la moda.
Agradezco mejor esto que antes, ser feminista como si fuera una persona extraterrestre salida de algún sitio oscuro o algún lugar de fuera. Pues creo que es mejor que sea así. Que esté de moda.
20. ¿Qué opinas de la nueva ley trans?
Opino que cualquiera... cuando hablemos de cambios, hablemos de cambios para que las personas puedan expresarse y existir en libertad y plenitud y puedan sacar adelante su proyecto vital sin limitaciones y fuera, y que los estereotipos no te marquen ni te encorseten ni te impida que seas una persona libre y feliz. Por tanto, todas aquellas cuestiones que permiten que las mujeres trans se puedan situar en condiciones de igualdad entrarían dentro de lo que sería objetivos feministas. Que las mujeres puedan existir, puedan existir en plenitud, sea cual sea su circunstancia. Ahora bien, el feminismo tiene un lugar y una forma de ser y ya está.
21. ¿Ves diferencia entre género y sexo?
No es que la vea, es que existe y es una diferencia fundamental. Todo lo que culturalmente se deposita sobre las personas pues tiene que ver con el género y es esa posibilidad importante que tenemos de modificar, de cambiar, de convertir, de hacer que el género sea una oportunidad, tu identidad de género como tal y como tú te sientes y tal como lo que se deposita sobre ti te permita existir con plenitud como decíamos antes, ¿no? Por tanto, con independencia de la biología, si has nacido mujer y como mujer, se atribuyen una serie de actitudes, valores y se te dan una serie de oportunidades. Pues saber que una cosa es tus características, es el momento de nacer, que el otro es todo lo que se deposita sobre ti y cómo se espera que te comportes y cómo te permiten que te expreses o que existas. Son cosas totalmente distintas y sobre las que se puede actuar. Yo sí, evidentemente, hay una diferencia clarísima entre sexo y género.
22. Entonces, ¿la orientación sexual en cuál debería basarse?
Lo que sí me gustaría decir es que los seres humanos somos seres sexuales y que expresamos nuestra sexualidad de formas diversas y desde la posición en la que estamos. Lo importante es que sea cual sea la manera de acercarnos a otra persona sea desde el respeto, desde el entendimiento mutuo y sobre todo desde la libertad. Y a partir de ahí las etiquetas deben servir para ayudarnos, pero en ningún caso para limitarnos, para ponernos en el margen o situarnos en una posición de desigualdad y sobre todo en una situación de abuso. Entonces yo pienso que el debate está sobre todo aquí, que las personas puedan expresar su sexualidad de forma libre, de manera no estereotipada y sobre todo desde el respeto y el entendimiento con la persona a la que nos acercamos y sentimos una atracción. Y yo pienso que éste es el gran reto.
23. ¿Cómo crees que se podría introducir el feminismo en los institutos para que fuera efectivo?
Primero conocer el feminismo que es desde el que partimos, que es, en qué consiste. Luego aquellos elementos que son básicos de la lucha feminista, pues que puedan ser incorporados en el día a día de los centros, pues en las organizaciones del centro, en las aulas, en la distribución de espacios, en los contenidos curriculares, en la comunicación . En fin, todos aquellos aspectos que hacen que se pueda llevar a cabo una práctica educativa respetuosa con hombres y mujeres con cualquier tipo de diferencia y que permita, pues, que todos los conocimientos que han respecto a los hombres y mujeres estén en el alcance del alumnado.
Bueno, lo he dicho de forma muy resumida, ¿no? Pero existen muchas posibilidades de intervenir. El feminismo es conocimiento teórico por un lado, pero también es práctica, ¿no? Entonces toda aquella parte práctica, que es que viene del conocimiento, pues aplicarla, incorporarla en el día a día de los centros.
24. ¿Actualmente en qué frentes feministas estás activa?
Pues en este, bueno, estoy activa de dos maneras. Por un lado, por mi trabajo profesional que pues tengo que trabajar en muchos aspectos. En el impulso de los planes de igualdad, en el impulso del apoyo a las mujeres que tienen dificultades, en ayudar a llevar adelante proyectos que puedan realizar las entidades que sean coincidentes con estos objetivos, y quizás más en el nivel más personal, yo continuaría en esta línea de un compromiso con el conocimiento. Pienso que es muy importante por tanto generar conocimiento y que este conocimiento, pues, pueda poco a poco..., bueno, poco a poco, no. Que se vaya esparciendo y llegando a todos los ámbitos educativos y todos los ámbitos asociativos y el conjunto de las organizaciones. A veces, la gente no sabe lo que es el feminismo. Pues bien, pues poder explicar y hacer llegar con intensidad que es lo que quiere el feminismo, cuáles son sus puntos de interés, cuáles son sus reivindicaciones y que son los cambios que deben alcanzarse para llegar aquí. Estaría más en esa línea.
25. Si tuvieras que elegir 3 nombres de feministas leridanas imprescindibles para una historia del feminismo leridano, ¿cuáles serían?
Pues hay muchas mujeres feministas leridanas y ahora mismo me sería difícil dar los tres nombres. Yo me gustaría pensar lo más, porque si son 3, quisiera que estos 3 fueran en la línea de lo que de lo que yo destacaría, ¿no? Y creo que hay mujeres que han hecho muy buen trabajo en tiempos de la República. Aquí tenemos, por supuesto, Dolors Piera, Laura Pijoan, por ejemplo, una de las primeras alcaldesas que hemos tenido, no sé, yo preferiría pensarlo, ¿eh? porque si me dices 3...
¿Y durante la transición democrática?
Yo casi pondría quizás nombres de colectivos también, porque a veces queremos significar nombres, pero también tenemos que significar el colectivo. Déjame pensar... porque si son 3, te aseguro que quisiera que estas 3 fueran un poco de aquellas que más me gustaría.